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lunes, 26 de mayo de 2014

Este cachorro me enseñó en un minuto más de lo que cualquiera me ha enseñado en toda su vida

Prepárate para enamorarte de un perro que ha perdido su habilidad para andar, pero no su habilidad para hacerte enamorarte locamente de él. Su historia se difundió en reddit y ha logrado innumerables aficionados en la red. Pronto sabrás el porqué. Jet nació como un cachorro normal, pero luego se puso enfermo. Nunca recuperó su habilidad para controlar sus piernas traseras, pero no parece que aquello le importase mucho.

Este es Jet cuando era un cachorro. Siempre estaba lleno de energía, de felicidad y de ganas de explorar.

Incluso era genial a la hora de posar.
Echarse la siesta con su hermano Thor siempre fue uno de sus pasatiempos favoritos.
Pero entonces, un buen día, todo cambió. Jet ya no corría ni jugaba tanto como solía. Incluso tenía problemas a la hora de subir las escaleras. El veterinario creyó que Jet se había hecho daño y que por eso estaba cojeando por ahí.
Llevaron a Jet a un hospital veterinario, pues su rigidez y parálisis iban a peor. Los doctores determinaron que tenía meningitis espinal autoinmune. Esta enfermedad raramente se origina en la espina dorsal, y por eso tardaron tanto en diganosticársela.
Sus dueños decidieron sacrificar un montón de su dinero para tratar la enfermedad, que sería un proceso duradero. Querían que su pequeño cachorro viviera y parar la parálisis.
Les llevó días a los veterinarios determinar si la enfermedad había parado, pero por suerte Jet iba a vivir. Jet se tiró unas pocas semanas en el hospital recibiendo tratamientos.
Los veterinarios creyeron que, incluso después de todo el tratamiento y la recuperación, Jet sólo viviría seis meses más.
Su encantadora familia le construyó una silla de ruedas para que pudiera ir por ahí sin tener que usar sus piernas traseras. No podía correr, pero podía moverse por ahí bastante bien.
Y para estar por la casa, se movía de un lado para otro en esta adorable bolsita.
Sin mencionar que incluso se le veía más adorable aún en su sillita de ruedas.
Incluso aunque sus días pudieran estar contados, Jet mantenía la sonrisa.
Durante su recuperación aprendió algunos trucos.
Aprendió el arte de echarse la siesta…
Dos años después, ¡demostró a los veterinarios que estaban equivocados! Está sano y saludable. Y aún tan mono como siempre.
Jet venció a las probabilidades. Este pequeñajo nos enseña a todos y cada uno de nosotros que nunca hay que darse por vencido. Sigues, y sigues, con una sonrisa en la cara, sin importar qué te depare la vida. Y eso no lo puedes aprender en un libro.

Yo soy del equipo de Jet.


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