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martes, 22 de abril de 2014

El príncipe de los gorilas

Este noble belga se encuentra en estado grave después de sobrevivir a una emboscada
Como director del parque de Virunga se ha opuesto a grupos armados y a petroleras

No es fácil ser un héroe en el Congo. Al doctor Denis Mukwege, nominado al Nobel de la Paz con 40.000 operaciones a sus espaldas, el mayor experto mundial en reparaciones de vaginas de mujeres violadas, han intentado asesinarlo cuatro veces. Al coronel Mamadu,artífice de la victoria frente al poderoso grupo M23, lo mataron el pasado enero con un bazoka. Al príncipe Emmanuel de Merode, director del parque nacional de Virunga, creado en 1925, y defensor de una de las últimas moradas de los gorilas de montaña, le emboscaron la pasada semana varios hombres armados que le hirieron, pero no consiguieron matarlo.

A pocos kilómetros de la tumba de la gran primatóloga Dian Fossey, asesinada por cazadores furtivos en 1985, De Merode estuvo a punto de seguir su destino. Los enemigos de la científica son hoy los mismos que acosan la cruzada de este príncipe belga por preservar el ecosistema más rico y amenazado del mundo.

Como director del parque desde 2008 ha combatido contra la caza de elefantes, jirafas y sobre todo los grandes gorilas de montaña, de los que apenas quedan 200 ejemplares entre sus volcanes. Pero en su seno habitan otros seres mucho menos deseables: los señores de la guerra congoleña que incendian la región mineral más rica del mundo para obtener oro, coltán, casiterita, uranio y diamantes a precio de esclavos, entre ellos 'Terminator' Ntaganda, procesado en La Haya por crímenes de guerra. Desde 1996 han muerto 150 guardias forestales por las balas de estas milicias. Emmanuel de Merode se rebeló contra ellos y ha estado a punto de pagar un alto precio: «Nosotros trabajamos tras las líneas enemigas. Esto es territorio rebelde», dijo recientemente en una entrevista. «En los últimos años hemos perdido a algunos gorilas que quedaron atrapados en el fuego cruzado y fueron asesinados», revela.

Además de multiplicar la inversión privada para el parque, De Merode lucha contra la presión de las petroleras, que están deseando explotar Virunga. Este noble belga, que no usa su título hereditario, quiere convertir este vergel en un reclamo turístico que beneficie de una vez a sus habitantes. Pero antes tiene que acabar con la guerra.Si es que la guerra no acaba antes con él.

Mientras se recupera de sus heridas, el documental 'Virunga', que muestra su trabajo con los gorilas en medio del conflicto, se estrena en el festival Tribeca de Nueva York.

fuente: elmundo.es

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